El día de ayer recibí a un paciente de los que te da gratificación por el resultado del procedimiento que se hizo.
Una persona que sufrió un cáncer de próstata teniendo que pasar por un procedimiento llamado “crioablación” y que, desgraciadamente una de las secuelas de este procedimiento pueden ser las alteraciones de la erección en el paciente.
El paciente cuya vida sexual era activa y sin problemas se ve afectada después de la operación limitando su vida intima y la de su pareja. Después de un año, que suele ser el tiempo prudencial para que el paciente se recuperare en todos los sentidos, no se recupera y por lo tanto, no vuelve a experimentar una erección.
Después de agotar tratamientos farmacológicos existe una alternativa en este grupo de pacientes, “un implante de cuerpos cavernosos, o prótesis peniana”.
El paciente fue sometido al procedimiento hace unos meses. Un procedimiento que se efectuó sin problemas. Hace tres semanas le indiqué al paciente que podía usar su dispositivo ya que una de las recomendaciones principales sobre este tipo de cirugías marca que después de 2 meses de la cirugía puede comenzar su vida sexual.
Entonces, ayer que lo veo en mi consultorio totalmente satisfecho con el resultado y acompañado por la esposa (aproveché para pedirle su punto de vista) ella se sonrojó y dijo: ¡totalmente conforme y satisfecha con una sonrisa muy bonita y gratificante!
Realmente el que mi paciente pudiera experimentar su vida sexual de pareja después de haber pasado por todo esto, me hizo sentir muy bien. Una experiencia que me deja totalmente satisfecho.
Les comparto.
